Restaurant Massana (*).
SETMANA GASTRONÒMICA
Les tapetes
Galeta cruixent de remolatxa i iogurt
Anguila fumada i pinya
Musclo de roca, fonoll i poma
Bacallà, pèssol i menta
Enfilat de calçot en tempura i salvitjada
Cava Mont Ferrant Berta Bouzy
El menú
Salmó salvatge en tartar, vel d’algues i escuma de soja
Blanc Palacio de Menade, verdejo (D.O. Rueda)
Lingot de foie caramel·litzat al cafè i gelat de toffee
Trimbach gewurztraminer (A.O.C. Alsace)
Brou d’ànec, ciurenys i pilota trufada
Blanc Les Cerveres, vinya vella (D.O. Penedès)
Coca d’albergínia, escabetx tebi de muntanya i bolets de primavera
Champagne Henri Abelé La Soirée Parisienne
Calamar, torrada trencada de romesco i patates cremoses en tinta
Champagne Henri Abelé La Soirée Parisienne
Cérvol a la brasa, tatin de moll de l’os i fruits vermells
Negre Sinols coromina (D.O. Empordà)
Mandarina, dolç de pastanaga, gelat de mandarina i pols de menta
Sorbet de xocolata amarga amb cruixent de cacau, teula de xocolata i cafè
Moscatell Sinols (D.O. Empordà)
Cafès i petits entreteniments
Parece la carta de un restorán, ¿n’est-ce pas? Pues no lo es exactamente. Es, ni más ni menos, lo que me metí entre pecho y espalda el viernes pasado a mediodía. Hace ya casi una semana; pero, si no lo digo, reviento.
Durante la Setmana Gastronòmica de Girona, es costumbre que uno de los platos propuestos en el menú, aquél cuya aceptación haya sido mayor entre los comensales, pase a formar parte de la carta del restorán. Pues bien, no sé yo cuánto llegaría a sudar intentando decidir, cual jurado fallero, qué plato indultar. No es que tardase en tener clara mi preferencia —la compleja delicadeza del lingote de foie caramelizado al café y acompañado de helado de toffee me enamoró enseguida—; pero la angustia se apoderaba de mí al pensar que el resto de exquisiteces quedaban condenadas a la desaparición. Recé en silencio para no ser interpelado.
En fin, si uno no es creyente, ¿qué cabe esperar de semejantes plegarias? Anna y Pere, el matrimonio que hace ya unos años fundase el Restaurant Massana —encantadora maître, ella; genio artista entre fogones, él— no tardaron en llegarse a nuestra mesa y agraciarnos con su plática. Agradecí la informal y desenfadada charla, pues al cabo me sorprendí a mí mismo admitiendo relajadamente la susodicha preferencia gastronómica. Nuri, hermana de Anna, y Montse, con quienes compartía mesa y entusiasmo culinario —no en vano también ellas embutieron entre pecho y espalda cada una de las exquisiteces, una tras otra— eligieron el salmón y el calamar, respectivamente. Triple empate, pues, en nuestra mesa. El resultado definitivo, tras el próximo15 de marzo, fecha en que finaliza esta semana gastronómica gerundense.
¡Ah!, y la estrella Michelin, sobradamente merecida.