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A ContraLuz

aMIGOS

Buena suerte, opositores.

La leyenda sólo es válida para nuestros amigos y amigas.

Anabel, Roser, Mariona, Eva, María, Montse, Núria, Asun, Flori, Ana, Raúl..., sé que no necesitáis la suerte que os deseamos, porque valéis vuestro peso en sapiencia; pero un proceso de opos como éste es una hijoputada y nunca está de más.

Esotra parte en la ribera.

Esotra parte en la ribera.

La laguna Estigia, por Joachim Patinir. 

Por si duele un algo menos. Por si desahoga un algo más. Por si cobra más o nuevo sentido.

Me gustan tus poemas, preciosa. Y que me dejes asomarlos aquí.

IV

 

Ara fa un any,

un any enrere

encara hi eres

al món dels vius.

Ara fa un any,

Un any enrere

Em vas prometre

Que esperaries

Al mes de juny.

Ara fa un any,

Un any enrere,

No vas poder,

No vas saber

Com esperar

Tenies pressa,

I t’empaitava

La teva  vida

Com si et fes nosa,

Com si et sobrés,

Com si volguessis

No aguantar més

Al damunt teu

El pes dels dies,

Ni de les hores,

Ni dels neguits,

Ni d’alegries,

No vas poder,

No vas voler,

No vas saber

Ni esperar-me,

Ni esperar-te,

Ni un dia més.

I vas marxar,

Te’n vas anar

A l’altra banda,

Ens vas deixar,

Tenies pressa

Per no tornar.

                                        Àngels T. B.     Desembre 2008

Quien queda.

Quien queda.

"Y por meta... el horizonte", por P.Medina.

De ese espacio sin hilos que a todos nos envuelve, donde no hay ángeles con minúscula, pero sí con mayúscula; donde la pena y el pesar no sienten vergüenza; donde tú eres estrictamente tú y yo soy estrictamente yo —¡qué descansado y difícil a un tiempo!—. De ese espacio, recojo tus versos, amiga mía.

I.

Camino i parlo sola,

Parlo amb tu

I t’explico el meu dia,

A tu que ja el saps,

Que ja el veus,

que sé que el penses.

 

Agafo avions

I tot em parla de tu, tot te’m recorda

I prenc el teu cafè

Que no m’agrada,

I compro el teu perfum,

Que et fa present,

I t’enyoro a cada instant

I m’empasso les llàgrimes.

 

Et somio cada nit

I t’enyoro cada hora,

Cada dia,

Cada instant,

I vaig pel món com morta.

 


 

II.

Quina vida més curta, la teva,

Quin destí més tràgic, el teu,

I t’estimo tant

I no puc deixar de fer-ho,

Fins més enllà del cel,

Ja ho saps,

És el que et dèia,

És que que hi ha.

 

I tu allà

I jo aquí,

A l’altra costat de la frontera.

Com és a l’altra banda?

Pots sentir-me quan et parlo?

Pots veure’m des d’allà?

Pots saber com t’estimo?

 


 

 III.

La soledat brutal dels vius

És ara més punyent,

Més intensa.

Te’n vas anar sense esperar-me.

Estic sol, em vas dir,

I no ho estaves.

Te’n vas anar pensant

Que marxaves sol,

I vas endur-te’m

Un tros d’ànima,

Te’m vas endur tota sencera,

Que sense tu tinc un forat

Aquí dins.

Àngels T. B..

Un podrido rizo en el hermoso rizoma.

Un podrido rizo en el hermoso rizoma.

A mi amiga Hannah, quien ha sido objeto de plagio:

Sabiendo la indignación con que Cervantes supo de la obra de Avellaneda, imagino cuál no hubiese tal si en vez de continuidad hubiese habido plagio.

Plagios, por desgracia, ha habido muchos, incluso entre las más afamadas plumas. Y de entre todos, muchos también habrán sido los que, por  no ser descubiertos, hayan quedado impunes.

(Imagen tomada, a través del blog de Hannah, de http://www.apiedepagina.net/)

Mi solidaridad contigo, Hannah. Robar —porque es robar, plagiar— es ruindad. Y si se plagia a quien, como tú, es desprendido y generoso, mayor ruindad aún.

Siento sumarme con retraso a tu denuncia y a tu justa indignación. Ramón Durón Ruiz, el seudofilósofo ese de los güevos —perdón: de Güémez— no tiene disculpa alguna, por mucho que haya esbozado ya alguna pública.

Anoche.

Anoche.

Cuando un amigo se va..., cantaba alguien. Lo que tienen los amigos es que nunca se van. Tarde o temprano, al final, siempre han estado ahí. Lo suyo no es irse, sino, en todo caso, venir.

Agradecimientos sanjuaneros.

Agradecimientos sanjuaneros.

Live Coal / Brasas (por SantiMB, too busy).

Ahora que las hogueras del solsticio ya se han extinguido, tanto como este puente de playeo, aprovecho para, desde aquí, reiterar mis felicitaciones a cuantos juanes y juanas conozco. Y a cuantos desconozco, felicidades, tocayos.

Gracias por todos los mensajes y llamadas recibidos. De verdad.

Llave & Key.

Llave & Key.

Los amigos están, tanto como para dejarse querer, para quererlos. Y últimamente me da por pensar que, a los míos, no los cuido lo suficiente, a fuerza de no dejarme cuidar.

Me da miedo que, del mismo modo que se me quedan para siempre en el alma, se me queden también en el camino. Que, de no buscarlos, los acabe perdiendo.

Hace unos días, añadí una máxima de Epicuro, a todas luces veraz, en la cabecera de esta bitácora. Y esta máxima, cabe cumplirla; no sólo aguardar a que se cumpla. Hoy espero haber empezado.

Este viernes, la lluvía caía de color.

El Pau.

El Pau.

K' WAPUUU!!!

Benvingut, Pau.

Benvingut, Pau.

Acaba de néixer un angelet de la pau (això d’Àngel ja li ve del pare i Pau del consens antroponímic final de mare i pare).

Diuen que els nadons vénen amb un pa sota el braç, tot i que no és un pa d’àngel (d’això s’encarrega després l’Església). Qui sap si potser a aquelles terres fins i tot et vénen amb la paella mixta a sobre. El que és ben segur és que en Pau ha arribat carregat d’uns quants somriures: un per la mare, un pel pare... i un també per mi.

Ah!, i encara amb el pa sota el braç (potser fins i tot amb la paella) m’ha escrit aquest sms que acabo de rebre:

Hola, sóc el Pau.

He nascut a les 7.23 h.

He pesat 3 kg. i sóc un dormilega.

B7s.

¡¡¡Moltíiiiiiiiissimes felicitats, Pau i papis!!!

La Mola mola.

La Mola mola.

Perdón. No he sabido resistirme al juego de palabras facilón.

Hacía tiempo que las circunstancias nos impedían un día que poder dedicarnos. La amistad nos nace a todos en los adentros y no entiende de leyes físicas, de modo que transgrede la simplicidad de las coordenadas espacio-temporales: los amigos lo son siempre. Aun así, la amistad cobra su pleno sentido en las ocasiones en que podemos sacárnosla del bolsillo del alma y compartirla en un café, en una charla o en una ascensión de 1.104 m. a La Mola.

Hace unos años vi una divertida e ingeniosa comedia protagonizada por Hugh Grant, El inglés que subió una colina pero bajó una montaña. En ella se dirimía la catalogación de una elevación natural del terreno como colina o como montaña. En la realidad, al menos en la de por estas latitudes, la diferencia entre una y otra categoría es sumamente vaga, carece de precisión métrica. De modo que no sé si subimos la una o la otra. Pongamos que sea montaña, qué más da. Lo indudable es que dos generaciones de vallesanos la coronamos y contrarrestamos el frío de un domingo de incipiente primavera con el calor de la amistad.

(No sé... Ahora pienso que me ha quedado cursi el final.)

(Pero cierto.)

Más Noche Vieja.

De entre todos los momentos que ofreció la noche de fin de año, muchos son los que merecen la pena recordarse. Muchas son también las fotografías que ayudarán a ello en el futuro y que ya están debidamente archivadas.

Me contendré y, probablemente, éstas hayan de ser las últimas imágenes de Noche Vieja que suba aquí. Y qué mejor que rematar el asunto mostrando cómo sacar partido al obligado cotillón.

Aunque, bien pensado, quizá sean unas imágenes más propias para el olvido que para el recuerdo.

 

 20080105224148-imgp6549.jpg

Lo más bailado en Noche Vieja.

 

Toda fiestorra tiene su canción. Ésta -no sé a santo de qué- fue la que más bailamos durante la Noche Vieja. Me niego a declarar si todavía hoy me muevo por las estancias de mi casa con algún resto coreográfico de reminiscencia funky -cold Medina, claro-. Aunque fueron sobre todo Ramón y M&M quienes de verdad pusieron arte en sus movimientos por la pista. Y si no, he aquí la prueba fehaciente:

(lástima de no disponer de vídeo; la imagen es demasiado estática y no hace justicia en absoluto).

Noche Vieja entre amigos.

Noche Vieja entre amigos.

Dice el refranero que Lo que bien empieza, bien acaba.

Y espero que diga bien. Lo que es seguro es que el 2008 ha comenzado tal que así, esto es, bien: compartir la última noche del año -o la primera, que apenas va un segundo de la una a la otra- con buena gente, gente a la que has llegado a querer, sin darte cuenta, sin necesidad de aprender a hacerlo, simplemente porque un buen día estaban a la puerta del colegio de los niños y al día siguiente -claro- volvían a estar, y estaban también en las tardes de parque, y poco a poco fueron estando aquí y allá pero ya a menudo con uno... En fin, compartir los momentos con amigos es de lo mejor que ofrece la vida, sean esos momentos tan señalados o no como el de fin de año .

Amigotes, o sea los de toda la vida.

Amigotes, o sea los de toda la vida.

¡Y cómo se les quiere!, aunque la vida y sus cosas te dejen a distancia demasiado a menudo -a alguno más que a otros, en tercera acepción-. Sin embargo, no hay distancia quilométrica que valga. Aun cuando alguno esté en la frontera sur de Catalunya o en tierras charras, todos se encuentran apenas a un latido del corazón. ¡Joder, que son muchas ya las hojas del calendario que hemos visto pasar desde los tiempos del instituto!

Somos cuarentones. Somos, según sentir esencial de la sociedad, chupópteros del Estado: todos funcionarios -de Educación, de Justicia o de las Fuerzas del Orden-, excepto dos, que alguien siempre tiene que haber que dé y no coja. Somos, a los que nos gusta el fútbol, culés hasta la medula... Somos, lejos de cuestiones epidérmicas, grandes amigos. Y en buena parte, ya en el mediodía de la vida, somos lo que somos porque llevamos la mitad de ella precisamente siendo grandes amigos.

Y lo seguiremos siendo hasta que, pasadas otras tantas o más hojas del calendario, alguien venga a llorar o a bailar sobre nuestras tumbas -en fin, a mí me habrán de incinerar; pero no es más que un dicho-.

Bienvenidos a la red.

Bienvenidos a la red.

 K wapos!!!

Our tourn.

El amor a los amigos se mide en el baremo de la empatía.

Mapa de bronce herido, hebras de sol lastimadas, sonrisa de amanecer difuminada.

Me siento bronce que grita, sol que se duele, sonrisa que llora.

(Es la empatía en un turno compartido. Your tourn. My tourn).

Se acabaron las vacaciones...

... o casi. Cuando menos, se acabó el viajeo.

No sé qué escribir; demasiado es lo que he acumulado durante tantas semanas y mi maltrecha capacidad cerebral se resiente.

Demasiado madrugador este primer tecleo; tras un prudente reposo quizá algo salga: Norma (soberbia), últimos días ampurdaneses, Cabo de Gata, Cuenca, Segovia, La Granja, Madrid, Van Gogh, lecturas de verano...

O alguien. Me gusta la gente, a veces (siempre, si se llaman Ramón, Mary, J.Gaspar, Vicenta, Paqui, Felipe, Javi, Ana...)

Noche ampurdanesa.

Noche ampurdanesa.

Estío. Noche serena, de casi plenilunio. Una mesa compartida: Marta G., Marta R., Albert, Forti, Ramon, Pep y el menda (si me sacudo la modestia y sumo: siete magníficos). Y Martí, que cuidaba de nosotros en su Restaurante-Brasería como restaurador y como amigo. Fue una agradabilísima velada de tertulia en que la charla daba paso a la risa y vuelta a empezar.

 

No estaban todos los que son; pero, como bien dice el retruécano, eran todos los que estaban. Y al resto se les trajo a la conversación. Y, mientras las estrellas titilaban, nos los llevamos por el camino largo a La Luna.

A vista de Àngels,...

A vista de Àngels,...

...así se ve: azul y sempiternamente danzando. Y si uno bien se fija, allá por la segunda quincena de julio, al ver pasar el quinto continente, puede advertirse a Mari a punto de una fresquita y espumosa Greene King.

(Que os vaya muy muy bonito, preciosas)

OPOS: recta final.

Cada cual que la reciba en su día D programaciones.