La Mola mola.
Perdón. No he sabido resistirme al juego de palabras facilón.
Hacía tiempo que las circunstancias nos impedían un día que poder dedicarnos. La amistad nos nace a todos en los adentros y no entiende de leyes físicas, de modo que transgrede la simplicidad de las coordenadas espacio-temporales: los amigos lo son siempre. Aun así, la amistad cobra su pleno sentido en las ocasiones en que podemos sacárnosla del bolsillo del alma y compartirla en un café, en una charla o en una ascensión de 1.104 m. a La Mola.
Hace unos años vi una divertida e ingeniosa comedia protagonizada por Hugh Grant, El inglés que subió una colina pero bajó una montaña. En ella se dirimía la catalogación de una elevación natural del terreno como colina o como montaña. En la realidad, al menos en la de por estas latitudes, la diferencia entre una y otra categoría es sumamente vaga, carece de precisión métrica. De modo que no sé si subimos la una o la otra. Pongamos que sea montaña, qué más da. Lo indudable es que dos generaciones de vallesanos la coronamos y contrarrestamos el frío de un domingo de incipiente primavera con el calor de la amistad.
(No sé... Ahora pienso que me ha quedado cursi el final.)
(Pero cierto.)
5 comentarios
Juanjo -
En la próxima haremos pleno: Alejandra, tú, Juan y Hermi. Sois gente que se echa en falta ya desde el primer paso del camino.
Un besazo, guapa comentarista-por-fin.
MC -
Juanjo -
Bel, certero comentario. Lo bueno es que yo formaré obligada parte de ese "para bien" o "para mal" de los futuros Biel y Clàudia. Y eso me encanta. Besos.
Bel -
envidia cochina (la mía)
besos
Sakkarah -
Es cierto que la amistad da calor, sea cursi o no.
Muchos besos.