Himno de España.
El Himno de España, como es de sobra conocido, no posee letra oficial y algunos por ahí parecen estar dispuestos a hacernos creer que sin ella no somos nadie.
No se trata de un caso singular, el nuestro. Los británicos, sin ir más lejos, andan más alegales que nosotros con esto de los símbolos patrios acústicos. Su afamado God Save the Queen -o, en su caso, the King, según a quién pertenezcan las regias posaderas- no pasa de ser simple canción patriótica que la tradición ha elevado a la categoría de himno; empero, jamás ha recibido proclama oficial, ni Real ni parlamentaria. Aquí, al menos -aunque tampoco me importaría un ápice lo contrario- sí amparamos la partitura bajo disposición legal, cuya última actualización es el Real Decreto 1560/1997 de 10 de octubre.
Por otra parte, la carencia de letra tampoco es de extrañar. El origen de la Marcha Real, como se conoce el Himno español, no es sino un toque militar, la Marcha Granadera, que, en tiempos de Carlos III, inició su arraigo patriótico. Además, ni siquiera es tal la carencia, dado que ya en 1843, año en que Isabel II cumplía la mayoría de edad y juraba la constitución, el escritor Ventura de la Vega escribió sus particulares versos de Dios salve a la Reina. Más tarde, en tiempos de Alfonso XIII, vendría la modernista letra de Eduardo Marquina. Y, finalmente, tras la Guerra Civil, la de José María Pemán. Todo ello sin considerar otras versiones marginales y tan dispares como la carlista o la chocarrera del culo blanco y el detergente Ariel -sin duda, la más popular de entre todas-.
A mí, sinceramente, entre el origen castrense de la pieza y que me sabe -o suena- a Franco..., prefiero el Himno de Riego, que lo fuera de la España republicana y nacido ya con letra -no me refiero a la anticlerical, que tanta fortuna ha hecho, claro; no está el horno para tantos bollos-.
Y a santo de qué -no te sonrías, Mari Carmen- hablo yo del himno. Pues bien, es el caso, que un jurado al que el COE (Comité Olímpico Español) encargó seleccionar letra para el Himno Nacional, ha emitido recientemente su fallo: de entre las más de 2.000 composiciones presentadas a concurso, ha sido elegida la de Paulino Cubero, un culipardo -dicho sea con todo el respeto- de 52 años, metido a matritense y en paro. Esta es la letra:
¡Viva España! / Cantemos todos juntos / con distinta voz / y un solo corazón. ¡Viva España! / Desde los verdes valles / al inmenso mar / un himno de hermandad. Ama la patria / pues sabe abrazar / bajo su cielo azul / pueblos en libertad. Gloria a los hijos / que a la Historia dan / justicia y grandeza / democracia y paz.
Cada cual, por supuesto, tendrá su opinión. ¿La mía?: que se trata de una letra cursi. Bien lo dice el diccionario: "se dice de [una obra] cuando en vano pretende mostrar refinamiento expresivo o sentimientos elevados". Por suerte, parece que la letra ha sido compuesta para la versión breve del Himno; ¡Dios sabe cuántos lugares comunes y epítetos hueros se hubiesen podido llegar a suceder de ser más extensa!
En la Cadena Ser he recogido algunas opiniones interesantes de esas de cada cual.
La primera, la del propio autor: "No pretende ser algo que disgregue, sino el himno de una patria cotidiana, del día a día. Una letra para todo el mundo, incluso para los que no quieren himno". Se entiende que una letra nacida en este tiempo no pretenda ser lo que un Segadors o una Marsellesa; sin embargo, para el día a día, para lo cotidiano, mejor la lista de la compra que un himno.
La segunda, la de Artur Mas, presidente de CIU: "Con esa letra, me parece que no me veréis cantarlo demasiadas veces" (sic). ¿Con otra, sí? Claro, lo de "Respetamos el himno, pero no es el nuestro" lo deja para Joan Ridao, de ERC.
Otra, la de Gaspar Llamazares, me parece la más certera e ingeniosa -y no porque yo simpatice con los de las vocales débiles-: "Mejor quedarse con la música que ya nos ha costado tragar".
Y finalmente, cuando uno se fija en las opiniones y reacciones que se producen entre las gentes del deporte -en especial, entre los futbolistas-, uno empieza a pensar con preocupación que el disparate patriótico puede llegar a cuajar. Por ejemplo, a Gregorio Manzano, entrenador del Mallorca, la letra le parece preciosa. Y, lo que es peor, a Iker Casillas -y vete tú a saber a cuántos más- ya se le acelera el corazón al imaginarse con la mano diestra sobre el susodicho, cantando como los de los demás países. Y de ahí, a las gradas, no va nada. Y luego a las calles y las casas.
Entre el tragar del dirigente de IU y el entusiasmo del entorno futbolero, acaba de venirme a la mente aquel otro afamado himno: "Tú que no quieres / lo que queremos / [...] / Trágala, trágala".
En fin, aquí os dejo un vídeo con el Himno.
¡Huy! Ya me ha pasado lo que ocurriese en Melbourne y en Santiago de Chile.
3 comentarios
Juanjo -
Sakkarah -
Si la música de por sí ya es horrible, la letra más, Lo que no entiendo es que se pueda escoger esa letra entre 2000, ?Cómo serían las otras?
Deberían hacer un himno nuevo.
Un beso.
bel -
¿se la aprenderán nuestros deportistas o moverán los labios cual karaoke?
xxoo