Lección de Kierkegaard.
Se preguntaba Søren Kierkegaard qué tiene de particular que todo se vea correcto desde el punto de vista de lo Absoluto —a lo Hegel, diríamos—, si tal no ha de ser nunca el punto de vista de individuo ninguno:
No soy Dios. Soy un individuo. ¿A quién le importa lo armoniosas que se vean las cosas desde arriba? Yo estoy aquí, en la parte finita de todo esto, y estoy angustiado, al borde de la desesperación.
Yo.
¿Y qué si el universo sigue su curso ineluctablemente? ¡Amenaza con seguir su curso y arrollarme!
Anhelo el enfoque hegeliano, pero es inalcanzable. De modo, que restemos deprimente trascendencia al asunto y líbremonos del calabozo vital al modo en que Faemino y Cansado solían, consuetudinariamente, librarse del que se terciaba cada semana. Gritemos al unísono:
¡Qué va, qué va, qué va; yo leo a Kierkegaard!
7 comentarios
Juanjo -
Ocasiones -
Hannah -
Un abrazo
Hannah
Juanjo -
Un beso.
Sakkarah -
Un beso.
La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más.
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La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia adelante.
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La angustia es el vértigo de la libertad.
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Toma consejo de tu enemigo.
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Juanjo -
He cambiado el vídeo por otro de menor duración, pero con el mismo archiconocido final.
A Cansado sigo acostumbrado, merced a la SER. Echo de menos a Faemino.
Ocasiones -
no sé qué es el recuadro último que has puesto, porque no se ve, pero Faemino y CAnsado, muy sabios,
jajajajajajja