En clau de vi.
Ando demasiado ajetreado por la vida últimamente, aunque espero que no lo suficiente como para no poder acercarme esta tarde a la bodega a comprar una estupenda botella de Mas Escorpí, un Penedès blanco cien por cien chardonnay con que deleitar el paladar nocturno en busca del recuerdo a piña.
Y es que, asomados a la ventana tevetresera, Marcel Gorgori, Josep Roca e Isma Prados andarán en las mismas que un servidor; amén de que antes y después han de intentar convencerme de lo que no hace falta, pues ya soy un convencido: a saber, que el vino es un arte. Eso sí, desde la distancia pienso discutirles el ordinal octavo, acaloradamente si es preciso —ahí entra en juego el jugo Gramona—. Si no computo mal, son cinco las artes clásicas: las cuatro artes bellas, o nobles, y la poética. Dos más hasta llegar al cine, que, como todo el mundo sabe, es el séptimo arte —la danza es el sexto—. Y no olvidemos que hay una larga tradición en considerar a la fotografía como un arte, por lo tanto, ya van ocho.
Otro día protestaré por el orden en la clasificación de cine y fotografía, culpa de Ricciotto Canudo hace ya casi un siglo. Esta noche me conformo con alzar la voz —y la copa— para que el vino sea, aunque noveno, un arte.
(Ramón, ¿te apuntas?)
¡Salud!
4 comentarios
Juanjo -
;p
Sakkarah -
Muchos besos, bello.
jnj -
Por cierto, voy a ver el programa del 33, pero sin botella de vino. Por aquí también funciona la legislación de Murphy y las dos bodegas estaban cerradas.
Hannah -
Un abrazo, amigo y gracias por estar aquí y ahí, y por las veces que asomas, para mi deleite, por "mi casa" aunque sea y andes "ajetreado".
Siempre un placer leerte.
Hannah