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A ContraLuz

FILOsOFía

Lección de Kierkegaard.

 Se preguntaba Søren Kierkegaard qué tiene de particular que todo se vea correcto desde el punto de vista de lo Absoluto —a lo Hegel, diríamos—, si tal no ha de ser nunca el punto de vista de individuo ninguno:

No soy Dios. Soy un individuo. ¿A quién le importa lo armoniosas que se vean las cosas desde arriba? Yo estoy aquí, en la parte finita de todo esto, y estoy angustiado, al borde de la desesperación.

Yo.

¿Y qué si el universo sigue su curso ineluctablemente? ¡Amenaza con seguir su curso y arrollarme!

 Anhelo el enfoque hegeliano, pero es inalcanzable. De modo, que restemos deprimente trascendencia al asunto y líbremonos del calabozo vital al modo en que Faemino y Cansado solían, consuetudinariamente, librarse del que se terciaba cada semana. Gritemos al unísono:

¡Qué va, qué va, qué va; yo leo a Kierkegaard!