Voto útil.
Antes de ayer, la buena de Bel hablaba en un rincón de su bitácora de su voto inútil, y, caso de serlo, lo habrá de ser también el mío, pues posee idéntico color. No le falta razón a mi querida amiga, pero tira a hiperbólico sentenciar que un voto para ICV sea un voto inútil.
El extremo bipartidismo que se cierne sobre el sistema político de nuestra democracia parece obligarnos a concluir que un voto a terceros no es un voto útil. Pero, ¿qué es un voto útil? ¿Acaso no lo son todos? ¿Los hay que más y los hay que menos?
Recientemente, asistí a una charla política que ERC ofrecía a un reducido número de ciudadanos. La principal oradora esa noche era la Consellera de Benestar Social, Carme Capdevila, y buena parte de su discurso giró en torno a la irresponsabilidad ideológica del voto útil. No dejaba de ser irónico que, mientras la Honorable argumentaba, al pie de su micrófono un pequeño rótulo electoral rezase: Aturem el PP. Con todo y pese a la pobreza de empatía que de mí lograba, su discurso desarrollaba una hábil diferenciación semántica entre el concepto de voto útil y el de utilidad del voto. Según la Consellera -y en esto sí estoy totalmente de acuerdo con ella- hemos de vencer la tentación del voto útil y votar, conforme a nuestro convencimiento ideológico a aquel partido político con cuyo ideario congreguemos en mayor medida.
ZP y los suyos nos piden el voto para sí y contra el PP: "si tú no vas, ellos vuelven". Rajoy y sus secuaces hacen lo propio y basan su campaña, más que en propuestas de futuro, en críticas demagógicas del pasado reciente. Tampoco el resto de partidos están libres de culpa. En Catalunya, por ejemplo, donde el bipartidismo se juega de otra manera, votar izquierdas es también, y además, no votar PP. Y claro, votar PP es no votar al tripartito. No es nueva en este país la alianza de las izquierdas, ni trato de despreciarla -ojalá fuese siempre e fectiva-; pero echo de menos la utilidad del voto frente al voto útil.
Yo votaré ineludiblemente a Joan Herrera y los suyos. Y lo haré por todas y cada una de las razones que se exponen en sus propuestas de gobierno. Os invito a que las conozcáis; son todas de equidad progresista, de justicia natural que merece ser escrita y pasar a ser ley positiva. Daos una vuelta por las páginas de Joan Herrera y de ICV o, simplemente echad un vistazo a los folletos informativos. No votemos contra nada; votemos a favor de algo y hagamos previamente, como yo ahora hago, apología; y con la apología, proselitismo. Expliquemos abiertamente a cualquiera las razones y el sentido de nuestro voto. En esto reside buena parte de la utilidad del voto. Y si no, como mínimo podremos estar orgullosos y mostrarnos. ¿Os habéis dado cuenta de que los únicos artistas, de entre los del mundillo de la farándula, que se encuentran más cómodos amparándose en el derecho al voto secreto son los que intuimos que acabarán votando al PP? ¿Os habéis dado cuenta de que la única lista electoral, de entre las que nos llegan a casa por correo ordinario, que no se anuncia externamente en el sobre es la del PP?
4 comentarios
Juanjo -
En cierta ocasión le espeté a alguien que donde acaba la razón a menudo comienza el buen juicio. Quiero decir: sigue delirando mi buena amiga.
Besos verdirrojos.
Juanjo -
Un beso.
Bel -
Con razón los informativos de Ràdio y Televisió de Catalunya no quieren firmar las noticias relacionadas con la campaña electoral.
Ojalá este país fuera plural y ojalá el domingo podamos, al menos, seguir con nuestros dos escañitos.
besos rojiverdes.
(y en lo votar antes que yo...sólo por edad, muchachín, que si no, de qué :P)
Sakkarah -
No creo que se deba hacer un voto útil. Debería seguir cada uno su ideal. Quien sabe, a lo mejor los resultados sorprenderian. O incluso cambiase el panorama político que siempre es negro.
Un beso.