Fin de fiestas.
Ya llegaron los Reyes, ya se fueron los Reyes y ya la casa se nos ha quedado como las salas del Museo del Cairo. Ahora, pues, toca la dura batalla de retirar viejos juguetes o no tan viejos, pero que no despertaron el ánimo lúdico de infantes -en realidad, mi mayor, Biel, está en esa inconcreta etapa de la niñez en que ni es infante ya, ni todavía púber-.
En fin, a lo que iba, se trata de "hacer sitio" en casa, perentoria necesidad para muchos, según la variopinta fraseología alusiva al problema que podía escucharse hoy, como cualquier día de Reyes, por doquier: "no vamos a caber en la casa", "nos vamos a tener que salir nosotros para que entren los regalos", "ya tendremos otra vez la casa como si fuese un almacén" -pues peor, ya digo: como el Museo del Cairo-... Al final, los juguetes desechados acaban siendo pocos, pero no se sabe por qué arte de magia o de birlibirloque o del mismísimo diablo, a pesar de que los que entran son muchos, nos caben. Mejor dicho, nos malcaben.
Y hasta el próximo 6 de enero, en que cada obsequiador volverá a cometer el acertado error de pensar que, con un solo juguete, un niño no tiene suficiente. O a hacer bueno el refrán de burro grande...
Sin embargo y después de todo, ojalá que a quien más y quien menos le suceda igual.
6 comentarios
Juanjo -
Es cierto, cuando empezamos vacaciones, se nos antojan largas; cuando ya han concluido, excesivamente breves. Pero no pienso en el disfraz, pienso ya en Semana Santa, y pensaré en el verano, al sucederse ésta.
Besos.
Armando, entrénate si no quieres que la desmitificación de la figura paterna acaezca a Pol prematuramente.
Lástima lo del Panchito. ¿Seguro que no puedes? Te echaremos de menos.
Armando -
bel -
Este año con belén reciclado y árbol nuevo ha sido genial, a pesar de mi salud. Lástima que dure tan poquito la navidad.
ahora...a pensar en el disfraz, no?
besos
Juanjo -
Jrd, ¡si estás hecho un chaval!, no te quejes. Además esos otros "regalitos" han de tener su qué, ¿no?
Besazos a ambos.
jrd -
Sakkarah -
Creo que ver la cara de un niño al encontrarse sus juguetes, es...algo mágico.
Un beso.
Jajaja, te veo emparedado entre juguetes ante la pantalla, cuando escribes.