8 de junio: tal día como hoy...
...en 1950, Eugène Ionesco estrenaba su primera pieza teatral: 'La cantatrice chauve', paradigma de la dramaturgia vanguardista del absurdo, que recrea el sinsentido de la condición humana a través de situaciones ridículas y diálogos delirantes.
Daniel Vega, en una sinopsis que incluía en su reseña crítica al estreno de esta obra en el teatro Alfil de Madrid, captaba concisamente el espíritu de la obra: Un salón inglés dónde una pareja inglesa, con zapatillas inglesas, junto a un chimenea inglesa, realiza una parodia de una conversación inglesa de sobremesa, con intervalos de silencio inglés.
En efecto, los diálogos provienen de algo tan exótico como los tópicos de manuales de enseñanza de idiomas, que se van transformando progresivamente en un ataque al lenguaje.
Como el propio autor confesara en más de una ocasión, la idea de la obra surgió una década antes de su estreno, mientras estaba intentando aprender inglés. Asombrado por el contenido de los diálogos del manual, a menudo muy sobrios y extraños, y siempre repletos de perogrulladas, decidió escribir una obra absurda llamada 'L'anglais sans peine', que era el título del mencionado manual -aunque, Ionesco ha llegado a decir también que en cierto momento su intención fue titularla 'L'heure anglaise'-.
Así pues, ¿a qué llamarla 'La cantatrice chauve'? Parece ser que, tras un lapsus linguae -acaso mejor, memoriae- en el momento de un ensayo, el actor que representaba al personaje del bombero debía hablar, en una perorata muy larga, de una institutriz rubia (institutrice blonde), mencionando, en cambio, una cantante calva (cantatrice chauve). Por otro lado, en una charla pronunciada el año de su estreno en los Institutos Franceses de Italia, el propio autor da una explicación al porqué del título -una explicación imbuida del espíritu absurdo de la obra-: Una de las razones por las cuales 'La cantante calva' fue titulada así, es porque ninguna cantante, calva o cabelluda, hace su aparición. Ese detalle debería bastar.
En fin, que en estos días en que la condición humana y su sinsentido amenazan violencia, puede ser buena idea darle un repaso a la obra de Ionesco -no esperen a un próximo estreno, es un teatro que se deja leer bien-.
En ella la condición humana y su sinsentido sólo amenazan risa.
No se trata de huir de la sucia realidad; se trata de verle el absurdo.
NOTA: La charla a la que me refería más arriba se halla recogida en 'Notas y contranotas. Estudios sobre el teatro'. Editorial Losada, S. A., Buenos Aires, Argentina, 1965.
Para mi amiga Àngels, en 'De Notes et contre-notes', Editions Gallimard, Paris, France, 1962.
5 comentarios
Juanjo -
Y lo absurdo lleva inequívocamente implícito el sinsentido con que no transigías. ¿Ves como eres lista y yo tengo razón?
atb -
Cualquiera de las obritas de Ionesco, además de la cantante calva (La lección, El rey se muere, Rhinocéros, por ejemplo, y entre otras), tiene su lado jocoso (y te ríes con ganas), pero subyace un punto de acidez amarga porque la vida, quieras que no, es eso: una de cal y otra de arena. ¿O no?
En cualquier caso, estoy de acuerdo contigo que son de lectura recomendada, sobre todo porque son obras cortas.
Ah, y no olvidéis al inefable Beckett, que espera a Godot con la (im)paciencia de job...
¡Que las disfrutéis!
play -
Una mala noche, sorry.
play -
sweet kisses
tidroj -