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A ContraLuz

Dicen las paredes.

Dicen las paredes.

Grafiti en La Plaza del Congreso, Buenos Aires, Argentina, por Hanneorla.

En la pared de un váter público:

Si es posible militarizar a los civiles, ¿por qué no, civilizar a los militares?

Y entonces me he acordado de algunas de las verdades que Dicen las paredes en el Libro de los abrazos, de Eduardo Galeano:

 En el sector infantil de la Feria del Libro, en Bogotá: El locóptero es muy veloz, pero muy lento.

A la salida de Santiago de Cuba: Cómo gasto paredes recordándote.

Y en las alturas de Valparaíso: Yo nos amo.

En Buenos Aires, en el puente de La Boca: Todos prometen y nadie cumple. Vote por nadie.

En Bogotá, a la vuelta de la Universidad Nacional: Dios vive.

Y debajo, con otra letra: De puro milagro.

Y también en Bogotá: ¡Proletarios de todos los países, uníos!

Y debajo, con otra letra: (Último aviso.)

En pleno centro de Medellín: La letra con sangre entra.

Y abajo, firmando: Sicario alfabetizador.

En la ciudad uruguaya de Melo: Ayude a la policía: tortúrese.

Pura inteligencia, la del grafito del pueblo.

10 comentarios

Juanjo -

Y a veces es el miedo a la muerte lo que nos mantiene más vivos (algo así canta Fito Páez).

Bien traído, marmota.

Vivos abrazos.

marmota -

Y morirse es cosa de vivos, ... ay, del saber popular!
Abrazos vivos...

Juanjo -

Sakk, definitivamente, contratada.

Bel, algún día. Cuando el vendaval sea simple viento y luego el viento, simple brisa.

Besos gordos, flacas.

bel -

mi aportación es algo que oí en la estación de cerdanyola, cuando estudiaba:

si pensaran igual que fuman, qué bien iría este país.

Para ya el único fumador :D
a ver si te animas e imitas a chapu y jordi
(aunque ya sé que los momentos son momentazos, que diría Boris)

un besote gordo (sin comas)

Sakkarah -

Claro, es que soy una buena alumna. Tu hablas, y yo corro a la enciclopedia.

Un beso.

Juanjo -

Sakk, estoy pensando en contratarte como buscadora de tesoros. ¡Qué bien se te da eso de espigar!

Un beso perdido.

Juanjo -

...Y los tuyos, Hannah. Y los tuyos.

Has hecho, de mi propósito, pulsión. Al ver tu comentario, he rescatado el libro de su anaquel. Sus líneas están profusamente subrayadas; sus márgenes, glosados; y, entre las páginas que dividen el "Liminar" de "Los reinos de Pan", una cuartilla manuscrita a doble cara, donde mi antaño cuidada caligrafía reproduce los versos que tú aquí traes ahora.

"Elfuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta, a su vez, sostiene y alza otra llama, azul y trémula: la del amor. Erotismo y amor: la llama doble de la vida."

Un abrazo.

Hannah -

Mientras te decides o no a darle ese repaso a "La llama dorada" te dejo el poema en el que Octavio Paz basó su obra:

CARTA DE CREENCIA

CANTANTA

1

Entre la noche y el día
hay un territorio indeciso.
No es luz ni sombra:
es tiempo.
Hora, pausa precaria,
página que se obscurece,
página en la que escribo,
despacio, estas palabras.
La tarde
es una brasa que se consume.
El día gira y se deshoja.
Lima los confines de las cosas
un río obscuro.
Terco y suave
las arrastra, no sé adónde.
La realidad se aleja.
Yo escribo:
hablo conmigo
—hablo contigo.

Quisiera hablarte
como hablan ahora,
casi borrados por las sombras
el arbolito y el aire;
como el agua corriente,
soliloquio sonámbulo;
como el charco callado,
reflector de instantáneos simulacros;
como el fuego:
lenguas de llama, baile de chispas,
cuentos de humo.
Hablarte
con palabras visibles y palpables,
con peso, sabor y olor
como las cosas.
Mientras lo digo
las cosas, imperceptiblemente,
se desprenden de sí mismas
y se fugan hacia otras formas,
hacia otros nombres.
Me quedan
estas palabras: con ellas te hablo.

Las palabras son puentes.
También son trampas, jaulas, pozos.
Yo te hablo: tú no me oyes.
No hablo contigo:
hablo con una palabra,
Esa palabra eres tú,
esa palabra
te lleva de ti misma a ti misma.
La hicimos tú, yo, el destino.
La mujer que eres
es la mujer a la que hablo:
estas palabras son tu espejo,
eres tú misma y el eco de tu nombre.
Yo también,
al hablarte,
me vuelvo un murmullo,
aire y palabras, un soplo,
un fantasma que nace de estas letras.

Las palabras son puentes:
la sombra de las colinas de Meknès
sobre un campo de girasoles estáticos
es un golfo violeta.
Son las tres de la tarde,
tienes nueve años y te has adormecido
entre los brazos frescos de la rubia mimosa.
Enamorado de la geometría
un gavilán dibuja un círculo.
Tiembla en el horizonte
la mole cobriza de los cerros.
Entre peñascos vertiginosos
los cubos blancos de un poblado.
Una columna de humo sube del llano
y poco a poco se disipa, aire en el aire,
como el canto del muecín
que perfora el silencio, asciende y florece
en otro silencio.
Sol inmóvil,
inmenso espacio de alas abiertas;
sobre llanuras de reflejos
la sed levanta alminares transparentes.
Tú no estás dormida ni despierta:
tú flotas en un tiempo sin horas.
Un soplo apenas suscita
remotos países de menta y manantiales.
Déjate llevar por estas palabras
hacia ti misma.

2

Las palabras son inciertas
y dicen cosas inciertas.
Pero digan esto o aquello,
nos dicen.
Amor es una palabra equívoca,
como todas.
No es palabra,
dijo el Fundador:
es visión,
comienzo y corona
de la escala de la contemplación
—y el florentino:
es un accidente
—y el otro:
no es la virtud
pero nace de aquello que es la perfección
—y los otros:
una fiebre, una dolencia,
un combate, un frenesí, un estupor,
una quimera.
El deseo lo inventa,
lo avivan ayunos y laceraciones,
los celos lo espolean,
la costumbre lo mata.
Un don,
una condena.
Furia, beatitud.
Es un nudo: vida y muerte.
Una llaga
que es rosa de resurrección.
Es una palabra:
al decirla, nos dice.

El amor comienza en el cuerpo
¿dónde termina?
Si es fantasma,
encarna en un cuerpo;
si es cuerpo,
al tocarlo se disipa.
Fatal espejo:
la imagen deseada se desvanece,
tú te ahogas en tus propios reflejos.
Festín de espectros.

Aparición:
el instante tiene cuerpo y ojos,
me mira.
Al fin la vida tiene cara y nombre.
Amar:
hacer de un alma un cuerpo,
hacer de un cuerpo un alma,
hacer un tú de una presencia.
Amar:
abrir la puerta prohibida,
pasaje
que nos lleva al otro lado del tiempo.
Instante:
reverso de la muerte,
nuestra frágil eternidad.

Amar es perderse en el tiempo,
ser espejo entre espejos.
Es idolatría:
endiosar una criatura
y a lo que es temporal llamar eterno.
Todas las formas de carne
son hijas del tiempo,
simulacros.
El tiempo es el mal,
el instante
es la caída;
amar es despeñarse:
caer interminablemente,
nuestra pareja
es nuestro abismo.
El abrazo:
jeroglífico de la destrucción.
Lascivia: máscara de la muerte.

Amar: una variación,
apenas un momento
en la historia de la célula primigenia
y sus divisiones incontables.
Eje
de la rotación de las generaciones.

Invención, transfiguración:
la muchacha convertida en fuente,
la cabellera en constelación,
en isla la mujer dormida.
La sangre:
música en el ramaje de las venas;
el tacto:
luz en la noche de los cuerpos.

Trasgresión
de la fatalidad natural,
bisagra
que enlaza destino y libertad,
pregunta
grabada en la frente del deseo:
¿accidente o predestinación?

Memoria, cicatriz:
—¿de dónde fuimos arrancados?,
memoria: sed de presencia,
querencia
de la mitad perdida.
El Uno
es el prisionero de sí mismo,
es,
solamente es,
no tiene memoria,
no tiene cicatriz:
amar es dos,
siempre dos,
abrazo y pelea,
dos es querer ser uno mismo
y ser el otro, la otra;
dos no reposa,
no está completo nunca,
gira
en torno a su sombra,
busca
lo que perdimos al nacer;
la cicatriz se abre:
fuente de visiones;
dos: arco sobre el vacío,
puente de vértigos;
dos:
Espejo de las mutaciones.

3

Amor, isla sin horas,
isla rodeada de tiempo,
claridad
sitiada de noche.
Caer
es regresar,
caer es subir.
Amar es tener ojos en las yemas,
palpar el nudo en que se anudan
quietud y movimiento.
El arte de amar
¿es arte de morir?
Amar
es morir y revivir y remorir:
es la vivacidad.
Te quiero
porque yo soy mortal
y tú lo eres.
El placer hiere,
la herida florece.
En el jardín de las caricias
corté la flor de sangre
para adornar tu pelo.
La flor se volvió palabra.
La palabra arde en mi memoria.

Amor:
reconciliación con el Gran todo
y con los otros,
los diminutos todos
innumerables.
Volver al día del comienzo.
Al día de hoy.

La tarde se ha ido a pique.
Lámparas y reflectores
perforan la noche.
Yo escribo:
hablo contigo:
hablo conmigo.
Con palabras de agua, llama, aire y tierra
inventamos el jardín de las miradas.
Miranda y Fernand se miran,
interminablemente, en los ojos
—hasta petrificarse.
Una manera de morir
como las otras.
En la altura
las constelaciones escriben siempre
la misma palabra;
nosotros,
aquí abajo, escribimos
nuestros nombres mortales.
La pareja
es pareja porque no tiene Edén.
Somos los expulsados del Jardín,
estamos condenados a inventarlo
y cultivar sus flores delirantes,
joyas vivas que cortamos
para adornar un cuello.
Estamos condenados
a dejar el Jardín:
delante de nosotros
está el mundo.

Coda

Tal vez amar es aprender
a caminar por este mundo.
Aprender a quedarnos quietos
como el tilo y la encina de la fábula.
Aprender a mirar.
Tu mirada es sembradora.
Plantó un árbol.
Yo hablo
porque tú meces los follajes.

Es siempre un placer encontrar tus comentarios.

Buenas noches y un abrazo.
Hannah

Hannah -

Siguiendo con las pintadas, recuerdo que en el aeropuerto de Montevideo, durante la dictadura uruguaya podía leerse: "El último que apague la luz" y en Buenos Aires recuerdo algunas pintadas por sus calles que tampoco estaban mal:

"No me sigas, también stoy perdido"

"Cuando los locos seamos más, los locos serán ellos."

"Las inundaciones no se producen porque los ríos crecen sino porque el país se hunde."

"Necesitamos sonrisas"

Los mejores podían verse en la avenida Goyeneche por el barrio de Saavedra allá por los años 80, y no sólo mensajes escritos sino pintadas de dibujos que eran puro arte.

Un abrazo

Hannah

Sakkarah -

Yo te he buscado lo que pone en otras pintadas:

Diplomacia es el arte de decir "perro bonito" hasta que puedas encontrar una piedra

El problema de los imparciales es que estan sobornados por las dos partes

Hoy en dia la fidelidad solo se ve en los equipos de sonido

Cuando un médico se equivoca es mejor echarle tierra al asunto

Morir es como dormir, pero sin ir a mear .

Bueno hay miles más en esto que busqué.

Un beso muy grande y pintado.