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A ContraLuz

Inteligencia y Puntos de interés.

Sabido es que la noticia periodística tiene diversos puntos de interés que la hacen atractiva al lector. El de la actualidad es de obligado cumplimiento, claro, pero además suelen añadírsele otros como el interés humano, la proximidad, la fama, la extrañeza...

Mi capacidad de pasmo debe de ser insaciable, a buen seguro. Acabo de leer un breve emitido desde Washington por la agencia Reuters en el que puede leerse:

Los responsables de la inteligencia (sic) estadounidense que estudian el video [que] Osama Bin Laden [ha] dado a conocer la semana pasada dijeron el lunes que están desconcertados por su nueva barba negra. En las imágenes, su barba era negra y bien recortada, a diferencia de la barba irregular y grisácea de sus apariciones anteriores."No sabemos si está teñida y recortada, o si acaso es real, pero esa es una de las cosas que estamos revisando", dijo el Director Nacional de Inteligencia, Michael McConnell, durante una audiencia de una comisión del Senado.

A la vista salta que la noticia cumple con el requisito de "actualidad" y que posee un carácter de "continuidad" que marca su punto de interés. Ahora bien, no me digan que no le ven el de la extrañeza... Observen, si no, el complejo y certero comentario que el preclaro Director McConell agregó seguidamente:

"La última vez que apareció se veía muy diferente".

Por supuesto, no trato de desautorizar la valía de Reuters (aunque la redacción resulta infame), a fin de cuentas es una agencia de noticias, y cumple con su obligación de informar. Aquí de lo que se trata es del grado de inteligencia que demuestran esos inteligentes señores de la Inteligencia. ¡Cuán pagado de sí mismo no quedaría el señor McConell, ignorante de que sus palabras suenan a cuchufleta! Con todo, he de moderar mi grado de desconfianza; a buen seguro que de aquí a poco la TIA (qué me habrá venido a mí a la cabeza, perdón) la CIA sabrá resolver tan grande enigma y anunciará que la susodicha barba es un postizo y nos dirá precio, fabricante y fecha de caducidad. O no, acaso nos diga, por contra, que es natural, recortada y teñida: código de tonalidad, marca del tinte y longitud de las hojas de la tijera. Quizá incluso hayan barajado la posibilidad de que la barba tintada fuese la larga y grisácea de antaño, que nada se les escapa al escrutinio.

En fin, haga cada cual su propia disquisición. Ahí van las dos barbas, la de 2004 y la actual. Analicen, analicen con rigor y siéntanse ustedes Inteligencia por un día.

 

¿Y de los detergentes..., nos dirán algo? Sin duda, los ha cambiado; el de ropa blanca lava ahora más blanco y el otro le cuida mejor los colores.

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