¿La Tebaldi o la Callas?
Siendo estudiante universitario, hube de compaginar mis estudios con diversos trabajos; es lo que da proceder de familia obrera, a mucha honra.
En cierta ocasión, mientras aguardaba en un taller a que ultimasen la confección de unas piezas de muestrario, mantuve con el gerente una variopinta conversación. Acabamos hablando de ópera. El hombre era, de antiguo, abonado al Liceo y conocía mil y una historias y anécdotas del Gran Teatre. Ni que decir tiene que a unas mil ha ido dándoles puerta mi desmemoria; sin embargo, recuerdo perfectamente el entusiasmo con que el buen hombre me describía la rendida filiación que el público barcelonés sentía por la Tebaldi (aunque Victoria de los Ángeles gozó también siempre de su favor), allá por la década de los 50, justo en esos años en que el resto de públicos operísticos empezaban a rendir culto a la Callas.
Y llegó la Callas a Barcelona e interpretó su (y tan su) 'Norma', de Bellini. Y el Liceu, como poco antes el Metropolitan, hubo de rendirse a quien era, sin duda y por antonomasia, la sacerdotisa; a quien era dueña del bel canto y, por ende, del 'Casta Diva'.
La polémica, claro, arraigó desde entonces también en el Liceu: los partidarios de la que, para muchos, ha sido la última gran diva de la Ópera, poseedora de un increíble legato, frente a los partidarios de la mejor belcantista, de la prima donna assolutta. Y pudo oírse comentar durante las esperas, los entreactos, las salidas y los días sin función cualquier famoso dardo cínico que la una dedicase a la otra y viceversa. Verbigracia: la Callas llegó a decir en cierta ocasión que la diferencia entre su voz y la de la Tebaldi era la que va del champaña a la Coca-cola; la Tebaldi, que no solía empezar polémicas, mucho más elegante, recordaba entonces cómo el champaña se vuelve fácilmente agrio.
En fin, no falta quien dice que la enemistad entre ambas sopranos, auténticas reinas de la ópera italiana, tenía mucho de publicitario. Después de todo sus repertorios coincidían poco y, en los aspectos básicos -creo yo-, poca duda cabe: Maria Callas era mejor actriz y capaz de dotar a su técnica belcantista de los matices dramáticos necesarios (iracundia, ternura, tristeza...); Renata Tebaldi era dueña de una figura y una voz más bellas. Todo más dinámico en una, pues. Más estático en la otra.
Al gran Mario Del Monaco, cuando en una de sus últimas entrevistas le preguntaron cuáles habían sido las más grandes sopranos con las que había cantado, contestó, sin lugar a dudas, que Maria Callas y Renata Tebaldi (y sobre esta última confesó que, al cantar dúos con ella, se distraía y a veces se olvidaba de su propia parte por escuchar esa voz).
Perdonadme. He empezado confesando un viejo recuerdo y llevo escrita ya demasiada teoría. Juzgad vosotros mismos.
A ver qué sacerdotisa nos encontramos Nuri y yo en el Liceu a finales de mes. Aunque las versiones que aquí aparecen son de 'Un bel di vedremo', de la 'Madame Butterfly', de Puccini, con las que ambas sopranos triunfaron en el Liceu.
VERSIÓN DE RENATA TEBALDI:
VERSIÓN DE MARIA CALLAS:
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MARTA -