Crónicas de piratas de motel.
Página 116 de la edición de Anagrama, en su colección Panorama de Narrativas nº 59. Escribe Sam Shepard:
Me volví hacia la extensión de tierras y me pregunté hasta dónde ir. Exactamente la misma pregunta que me hice antes, cuando nadaba en el oceáno. ¿A partir de qué lugar empieza a ser peligroso seguir alejándose? Y comprendí que uno se lo pregunta cuando ya empieza a creer que ha ido demasiado lejos.
Recordé este pasaje hace tiempo leído, pero nunca acabado de olvidar, al pensar en una frase que, en su momento, pasó totalmente inadvertida para mí. Me la citó una buena amiga no ha mucho y la dice Barbosa en uno de los escasos aciertos de diálogo de Piratas del Caribe 3 :
Hace falta perderse del todo para hallar destinos inalcanzables.
Ando espesito-espesón y sin muchas ganas de diseccionar significantes para entender significados, pero tres contra uno a que ambos pensamientos son peldaños contiguos, pese a que acceder del uno al otro suponga cambiar de escalera.
¡Qué de tonterías escribo a veces, madre mía!
8 comentarios
Juanjo -
A saber, que es cierto que todo está escrito o dicho, lo uno y su contrario; pero se trata de ver a qué damos validez, si a lo uno o a su contrario. Toda la complejidad humana gira en torno a un puñado de grandes temas y al verbalizarlos los afirmamos, los negamos, los ponemos en duda, los reafirmamos, prescindimos de ellos o decimos que nos la traen floja. Todo está dicho, en efecto; lo que importa (y aquí es donde iba; no sé a qué tanta palabra) no es lo que decimos, sino cómo lo decimos y el valor que le otorgamos a cuanto decimos.
Y sí, falta mucho para la perfección humana, mucho más de lo que intuyo que piensas tú. Lo que tienen de bueno las utopías es el optimismo que impulsa su doctrina; de malo, que son, precisamente, utópicas. Nos hemos (im)puesto a gobernar en medio de un mundo natural (cada vez lo ha ido siendo menos), seguramente no con inteligencia, pero sí con la inteligencia. Ostentamos que detentamos el gobierno de todo este tinglado de Dios, sin llegar a entender que la inteligencia, aun en el caso de aplicarse con inteligencia, tiende al artificio, puesto que en esencia lo es. Y por ahí vamos mal. Claro que, no hay remedio, porque peor nos iría si nos dejásemos llevar por nuestros instintos naturales. Para ello no sólo habría que renunciar al ejercicio de la inteligencia, sino a la propia inteligencia. Y si no he ido perdiendo el hilo discursivo de mi sandez exponencial, con tal renuncia, lo que no existiría ya sería Humanidad: todos perfectos animales, he aquí la única perfección posible.
Aunque, quizá, tampoco: algunos lo son ya, y mucho.
Jinhos.
atb -
Los hay que piensan que todo es cuestión de elecciones personales: reclaman la libertad suprema del ser para tomar sus propias decisiones, y equivocarse (o no) y rectificar (o no), según su libre albedrío.
Andar saltando de escalera en escalera puede ser el acicate para los que gustan del vacío en el estómago en el momento del salto porque implica una caída de aquí te espero y siempre cabe la posibilidad de no caerse (son los amantes del riesgo tutiplén).
Cabe preguntarse si el final de las escalera diverge mucho uno de otro, o bien son modos distinto de alcanzar el mismo fin.
Seja como for, la vida es movimiento, y durante el camino hay infinidad de cosas de las que aprender, que todo es (todos son) nuestro maestro y nada (nadie) nuestro enemigo y/o nuesto amigo. Aprender a ser plenamente humanos con todo lo que esta palabra implica, hasta la última de sus consecuencias; pues ahora mismo nos falta a todos un buen trecho por recorrer para llegar a la perfección humana. Pero no hay que desfallecer y seguir adelante, que todo es apasionantemente vivible.
(Algo así, más o menos, es lo que dicen los sabios que fueron y escribieron, que no yo, que me limito a citar de memoria -y, clarostá, equivocarme-).
Juanjo -
Juanjo -
2. Bienvenida,rubia. Y no, un poco no; totalmente contradictorios. Mismo punto de partida; pero luego, escaleras distintas. Más no sé; que yo, como aquel de los bombones, los camarones y las palas de ping-pong, 'no sé mucho de casi nada'.
Juanjo -
tidroj -
cincuentaimedio -
No sé, quizá la respuesta pase por seguir subiendo peldaños sin mirar atrás aunque haya que cambiar de escalera y aún a riesgo de caer en el intento.
Al fin y al cabo, ¿no se arriesgan siempre los piratas?
Barbosa dixit
Play -
Y paralelos espesitos, que ando atontadita de pills, pero aún así, gracias por la reflexión en las citas. Tonterías, las justas. Aunque no ando como para diseccionarlas yo tampoco
¿ves? ando desvariando yo también
¿Cómo era lo de Gump, tonto es aquel que hace tonterías?
Pues eso.
xxooxx