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A ContraLuz

Un par de apuntes sobre el Antiguo Testamento.

Apunte primero, de Ángel González:

ESO LO EXPLICA TODO.
Ni Dios es capaz de hacer el Universo en una semana.
No descansó el séptimo día.
Al séptimo día se cansó.

 

Apunte segundo, del Diario de Adán y Eva de Mark Twain:

FRAGMENTOS DEL DIARIO DE ADÁN. 

Lunes.- Este animal nuevo, de larga cabellera, está resultando muy entremetido. Siempre merodea en torno mío y me sigue a donde yo voy. Esto me desagrada; no estoy acostumbrado a tener compañía. Debería quedarse con los demás animales. El día está nuboso y sopla viento del Este; creo que tendremos lluvia. ¿Tendremos? ¿Nosotros? ¿De dónde he sacado yo esto de nosotros? Ya caigo. Así es como habla el animal nuevo. [...]

Miércoles.- Me construí un cobijo para defenderme de la lluvia, pero no hubo modo de que lo disfrutase yo solo y en paz. Se metió el animal nuevo, y ante mis intentos de expulsarlo de allí, empezó a derramar agua por los agujeros que le sirven para mirar, y luego se los secó con el revés de sus garras, y dejó oír un ruido semejante al que hacen los demás animales cuando sufren. ¡Si no hablase! Porque siempre está hablando.

DIARIO DE EVA.

Domingo.- [...] Me produce la impresión de un animal más inclinado al descanso que a cualquier otra cosa. A mí me cansaría tanto descanso. Sólo el estarme sentada mirando al árbol me fatiga. ¿Para qué servirá? Nunca le veo hacer nada. [...] Al descubrir que sabía hablar, despertóse en mí un nuevo interés por él, porque me gusta la charla; yo no dejo de hablar en todo el día, hablo hasta en mis sueños, y resultó muy interesante; pero lo sería doblemente si tuviese otro a quien poder hablar; sería capaz de estarme dale que dale sin acabar nunca, si así me lo pedían.

Jueves.- Mi primera pena. Ayer esquivó mi encuentro, y pareció desear que no le dirigiese la palabra. Me resistí a creerlo, y pensé que se trataba de una equivocación; me encantaba estar con él, me encantaba oírle hablar. ¿Cómo, pues, podía ser que él se mostrase hosco conmigo, no habiéndole dado yo ningún motivo? Pero resultó al fin cierto. Me alejé, pues, y me senté solitaria en el lugar donde lo vi por vez primera la mañana en que fuimos hechos, cuando yo no sabía qué era él y lo miraba con indiferencia; ahora me resultó aquel un lugar tristísimo; hasta las cosas más pequeñas me hablaban de él, y yo tenía el corazón en llaga viva. Yo no comprendía con claridad el motivo, porque era un sentimiento nuevo; yo no lo había experimentado hasta entonces, era un completo misterio para mí, y no acertaba a explicármelo.
Pero al llegar la noche se me hizo insoportable la soledad, y me dirigí al refugio nuevo que él ha construído, con el propósito de preguntarle en qué le había ofendido y cómo podía corregir mi error, ganándome de nuevo su cariño; pero el me plantó fuera del refugio, en medio de la lluvia, y ésa fue mi primera pena.

Moraleja primera: el Mundo es imperfecto.

Moraleja segunda: Nadie es el otro. Y si hay diferencia de sexo de por medio, menos aún.

7 comentarios

Juanjo -

Sakk, ahí le has dado.

Jrd, los tópicos se fundamentan siempre sobre una base real empírica. Otra cosa es que acaben tergiversando, deformando o hiperbolizando esa realidad. Por cierto, tu lectura debe de llevar tiempo esperando a ser leída; ya hace unos años de su éxito editorial, ¿no? Yo no la he leído, si aprendes algo interesante, me lo cuentas (a doble espacio con paso doce, jajaja).

jrd -

Demasiado tópico, no creéis? Por cierto, tu lectura me ha recordado que debo releerme "Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus"

Sakkarah -

Sí, es mejor no poseer es defecto, y siempre procurar no tenerlo.

Otro beso desalucinado.

Juanjo -

Pues ya lo has dicho tú todo; nada queda por añadir, salvo que si poseemos instintivamente ese defecto, somos poco menos que autodestructivos a poco que lo refinemos y la sabiduría de la Naturaleza quedaría en entredicho.

Besos "desasustados" ya, mujer de verde.

Sakkarah -

Si es cierto que hay que amar al otro sin cambiarlo. Seguramente que si lo cambiáramos, lo dejaríamos de amar. Pero...solemos tener ese defecto, instintivamente.

El día que se acaba la capacidad de sorprender al otro...se acaba la ilusión, y el amor queda muy tocado, si es que perdura.

Preciosa la poesía de tu poeta.

Un beso.

Jajaja, la que me asusté fui yo, que me dije: Este hombre está haciendo pruebas y se ha cargado todo...

Juanjo -

Tienes toda la razón, Sak. La frase hecha "tal para cual" posee un alcance vasto, pero impreciso. Y el peligro más evidente en una relación es tratar de hacer del otro un segundo yo.

Poco te estoy diciendo que no hayas oído ya cientos de veces. Mejor te traigo unos versos de Ángel González:

"Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
[...] si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada"

Hay que amar al otro en sí mismo y conservar intacta la capacidad de que nos sorprenda, aun siendo aquél a quien mejor conocemos.

Qué susto anoche, ¿eh? Aún sudo. Besos.

Sakkarah -

Me ha encantado...

Él habla desde la queja, ella desde la curiosidad.

Nadie es el otro, pero los dos se complementan.

Moraleja tercera, la base del amor está en las diferencias.

No lo conocía, y es precioso.

Un beso.