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A ContraLuz

Egoísmo altruista (oxímoron, pero no tanto).

Egoísmo altruista (oxímoron, pero no tanto).

Egoísmo, por Enetenetu.

Siempre he sostenido que el ser humano es egoísta; aun en su altruismo, pues lo es por naturaleza.

Entiéndaseme. Soy consciente de que, si por egoísmo entendemos aquella actitud con que se atiende sobremanera al propio interés, descuidando el de los demás, difícilmente puede darse a un tiempo diligencia ninguna en procurar el bien ajeno, menos aún a costa del propio. Analicemos, empero, aquellas actitudes humanas que, por su bondad, son libres de toda sospecha y concluiremos que en ellas se da también algo de egoísmo, de buen y fructífero egoísmo.

Existen personas que, generosidad en mano —y esfuerzo en la otra— emprenden épicas labores de ayuda a los demás. Y no son pocas, ciertamente. Pienso, por ejemplo en aquellas cuatro amigas que dedicaron su tiempo de vacaciones, durante cuatro años, a colaborar en Calcuta con la madre Teresa y, al cabo, una de ellas lo abandonó todo en Catalunya para irse a dirigir la delegación de una ONG en Bangladesh. Pienso también en Hannah y su ímproba labor como médica durante cinco años en el África occidental francesa. Y pienso, claro, en la cantidad de voluntarios activos, activistas de pro, que colaboran en tantos y tantos proyectos sociales y humanitarios de las distintas ONG. A todos ellos, mi incondicional admiración.

Son estas personas, junto con esas otras, capaces de acciones innúmeramente más humildes —ceder el asiento en el autobús, ayudar a quien lo necesita a cruzar una calle, donar sangre... —, las que me valen para ejemplificar ese egoísmo al que me refería al inicio y que nos es consustancial.

En todas y cada una de estas abnegadas obras, desde las más filantrópicas y quijotescas a las más sencillas y consuetudinariamente nobles, subyace un fondo de inocuo egoísmo. Bien es cierto que el egoísmo tiende a ser inicuo y no inocuo, por lo que acaso cabría hablar preferiblemente de amor propio. Sin embargo, uno de los rasgos significativos primordiales que establecen la diferencia entre el egoísmo y el amor propio es la desmesura, la inmoderación. Y lo que me propongo aducir es, precisamente, que en las acciones a las que me refiero hay tanto amor a uno mismo como al prójimo.

En cierta ocasión eché a correr tras un ladronzuelo que acababa de dar un tirón de bolso. Verdad es que el egoísmo me hubiese hecho restar impasible; pero, incapaz como era de sentir indiferencia, a la vez que hubiese tratado de consolar a la pobre chica asaltada, me hubiese sentido mal conmigo mismo. ¿No es, pues, cierto que al echar a correr pensaba también en mí mismo? Además, ¿no nos hace felices hacer felices a los demás? Indudablemente, sí. No es que quienes se aventuran a paliar las graves enfermedades de los niños moribundos de Calcuta o quienes vacunan a las indefensas criaturas de África sean don quijotes; esas buenas gentes no tratan de deshacer todo género de agravios buscando cobrar eterno nombre y fama. Con todo, es innegable que , en buena medida, también hacen lo que hacen porque se sienten bien consigo mismas.

Vuelvo —sema ’exceso’ al margen—: el altruismo no es más que la consecuencia, enaltecida y sublime, de ciertos reflejos anímicos de complacencia en la consideración de nuestras propias obras. Podemos ser altruistas porque, afortunadamente, no podemos dejar de pensar —al menos un mínimo— en nosotros mismos. No podemos dejar de ser mínimamente egoístas.

9 comentarios

José Manuel -

Gracias Juanjo por pensar,tambien a marmota y Hannah por contestar, gracias de corazón, cuando leo en los blog buscando la auto ayuda, hay beces que encuentro, las contestaciones a mis dudas, escribo tal cual, quiero decir no voy a corregir mis faltas de ortografia, ni tampoco me voy a preocupar por mi retorica, que deja claro el hecho de mi ignorancia y falta de cultura, pero soy persona que me he tenido que hacer a si mismo, y como las he pasado y estoy pasando de escandalo, quiero dejar clara dos cosas, no sabia el significado de la palabra altruismo, como otras tantas miles, pero si el significado de la palabra ingratitud y el daño que esta actitud humana, puede llegar a hacer.
Ahora se dos cosas más, mi amor propio supera con creces mi egoismo, y me puedo mirar a mi mismo sintiendome satisfecho de haber sido toda mi vida como lo soy ahora. La satisfacción personal, me ayuda a superar los desagravios del egoismo que me rodea, y sin aver estado en Africa ni en la India, mi vida la he dedicado a los demás, me doy cuenta de que si huviese podido llegar a vivir cien años, solo vivire sincuenta, pero me siento feliz, por nada del mundo cambieo mi vida por sincuenta años más de permanencia en este podrido mundo.
Un abrazo de gratitud y reconocimiento, lastima no haya más personas como vosotros.

J.M. guelop

Hannah -

Para facilitarte el trabajo, acabo de reeditar ese artículo que te he citado y que es un pedazo de un libro escrito aún sin publicar. Pero hay otros muchos artículos que he escrito, sobre África, en mi Blog, de manera que siempre podrás dedicarte al "buceo" si así lo deseas.
Un entrañable abrazo.
Hannah

Juanjo -

Hannah, a ver si tengo un momento y leo ese artículo a que te refieres. Pero tienes mi rendida admiración sean cuales sean las circunstancias y el resultado final.

Gracias por pasar, preciosa.

Juanjo -

Para ser "marmota", escribes comentarios muy "despiertos".

Un abrazo.

marmota -

El egoismo suele ir de la mano del interes, sano si es de posesión afectiva y nefasto si lo es de apropiación indebida. Quítome el sombrero ante los misioneros que acompañan a los desheredados de la tierra, no hay más generosidad que compartir días desde muy cerca regalando sonrisas y afecto.
Aquí, en nuestro cotidiano momento, sobrevivimos deseando ser generosos y consiguiendo ser egoístas.Nos vendría bien hacer un viaje a la otra esfera, a la del mundo sin derechos ni derecho en muchos casos a la propia vida.
Abrazos desde este corazón egoísta arrepentido...un lujo este blog y sus visitantes...

Hannah -

Quise decir "hasta", no "hasya"
Más abrazos y más ternura.

Hannah -

Estoy básicamente en completo acuerdo con lo que expresas, mi nuevo y querido amigo, y además de agradecerte la mención que de mí haces y que ninguna admiración merece, ya que quien hace lo que en conciencia y justicia debe, ¿qué mérito merece? quisiera hacer algunas reflexiones complementarias. Una cosa es el obrar por el altruismo y el dar la ayuda altruista, y otra cosa bien diferente es lo que se hace por justicia. En mi caso, tomé la decisión de partir a África, porque lo consideré justo. Porque cómo europea, sentí que inconscientemente tenía parte de responsabilidad en lo que les sucedía a esos pueblos y había contraido una deuda de justicia con ellos. Paradógicamente, también fue por justicia que tras cinco años decidí regresar -pero esto sería largo de explicar y ya me he referido a ello en el artículo "De la malaria y otros bichos" que hace un par de años publiqué en mi Blog- y de hecho lo hice.
De modo que una cosa es el altruismo que con toda seguridad encierra sus buenas dosis de egoismo y satisfacción personal, y otra la justicia y la consciencia social. Aunque tampoco veo nada negativo en el obrar por altruismo ni en una cierta dosis de ese llamado egoismo, siempre y cuando el tal egoismo -como bien dices- no redunde en el mal ajeno.
En cuanto a eso del amor al prójimo, hay un mandamiento bíblico que lo expresa muy bien, aludiendo a cual debe ser la medida de dicho amor: "Ama al prójimo cómo a ti mismo" Ya sabes que no soy teísta y cual es la opinión que tengo sobre los textos "revelados", pero en ellos se encuentran también fragmentos de gran sabiduría. ¿Cómo podemos amar a nadie sino somos capaces de amarnos a nosotros mismos? ¿Con que medida amaremos al otro si desconocemos la medida del amor en y para nosotros? Otro refrán popular dice que no hagas a otro lo que no quieres que te sea hecho a ti, aunque con este dicho hay que tener cuidado porque a la inversa no sirve, puesto que no todo lo que consideramos bueno para nosotros tiene que ser necesariamente bueno para el otro, como dijera Confucio: "Cree el pájaro que es bueno para el pez darle una vueltecita por el aire"
Y hasya aquí, que creo que se me va la olla y me enrollo cual persiana. :-)
Un tierno abrazo.
Hannah

Juanjo -

Me alegra que estés de acuerdo. Temía malas interpretaciones; después de todo mi argumento es poco menos que un sofisma.

Otros muchos besos para ti (tu pequeño egoísmo me hace feliz).

Sakkarah -

Estoy de acuerdo contigo. Y es que en lo que hace feliz al otro, o le ayuda, se encuentra mucha felicidad.

Un beso. Muchos( esto si que es egoismo puro).